
Cervantes fue el precursor de la quema de libros. En el Quijote encontramos la famosa escena de la quema de los mismos - llenáronsele a Alonso Quijano la cabeza de fantasías, quemáronle el cura y el ama los libros, pensando que de esta manera arderían con ellos todas sus locuras-.
Bradbury inventó el mundo donde la posesión de libros era castigada, y donde los hombres/libro eran hombres libres, cuya misión era memorizar y enseñar los textos de las grandes obras de la literatura de generación en generación.
La lectura es un acto de formación e indecisión; con ella enriquecemos nuestro lenguaje, adquirimos experiencias sobre la condición humana, pues a veces la ficción y la realidad sirven de base para futuros acontecimientos. La lectura de un libro suele traer acompañado la lectura de otro siguiente, leer a un autor sugiere la lectura de otro autor cuya influencia es latente o recomendada.
El acto de leer va perdiendo el valor de las cosas realizadas con calma y paciencia. Acostumbrados a leer páginas webs, periódicos, revistas, - a velocidad de consumo - hemos adquirido rápidamente una técnica de lectura diagonal o lectura rápida. Tengo la sensación de que lejos quedan las tardes de placer por una buena lectura, que ahora han dado cabida a la ejecución rápida del texto; a veces sin comprensión de estilo, ...
No hay mayor atrevimiento que la lectura de un libro, aún siendo un acto solitario.
Cuando se destruye la lectura secuencial de los libros, por las prisas o aún peor, por hábitos de lectura rápidos y estresantes, para eso, mejor que ardan los libros.
Cuando se destruye la lectura secuencial de los libros, por las prisas o aún peor, por hábitos de lectura rápidos y estresantes, para eso, mejor que ardan los libros.
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