
Acontecieron tiempos,
de menor soberbia.
de menor soberbia.
Ayer yo era la música que te mecia,
no dejes hoy que sea olvido.
Nunca permitimos que nada se interpusiera,
y vivimos de inocencia.
Nuestros estilos vencidos,
no encuentran ya cariño.
No pido tus mañanas,
y menos días sueltos;
sólo que me abracen cuando más lo necesito.
Cuando nos venza la soledad,
déjame salir a la última lucha,
pues yo soy libre y mortal.
pues yo soy libre y mortal.
Pero no olvides que aún con tus defectos y los mios,
yo sigo buscando tu refugio.
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