
La paciencia es una virtud ligada a los espíritus libres y fantasiosos, que a la vez que viven sueñan con otras realidades; que les hacen poseedores de esté don. Hay también una paciencia falsa, que es virtud de dos vasos de whisky en compañía de hipocresía. El paciente es un hombre exento de esperanza, hombre manso castrado por la falta de fortuna. No pidáis paciencia al corazón de los hombres del siglo XXI...
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