
No es de extrañar, que en casi ninguna antología del cine negro aparezca alguna película de producción española. No es debido a que los críticos, algunas veces eruditos en la materia y, otras simples farsantes de la erudición cinematográfica se olviden las producciones españolas.
Como buen aficionado al género negro he revisado varios títulos que intentaron añadirse a éste género. El último de estos intentos ha sido "A tiro limpio", de Francisco Pérez Dolz.
No es de extrañar la poca fiabilidad del film, que lo único que intenta es hacer una copia paleta y proletaria del cine negro; en los diálogos encontramos demasiados ismos en las frases; que parecen pronunciadas a su vez por niños de colegio, antes que por verdaderos tipos duros. La fotografía o luz es más bien de comedia, que de género, por no hablar de la situación cosmopolita de la ciudad de Barcelona años 60.
Entiendo que los 60, en España fueron buenos para la comedia o la tragicomedia, pero nunca para el género delictivo, en cuyo país estaba penado con la cárcel o la pena de muerte. Pienso que esto tuvo que interferir en la estructura de estos guiones, que a su vez fueron blandos y resbaladizos.
Sin embargo, nos fue bastante mejor, cuando tocamos el género negro con ironía y costumbre hispana; véase Atraco a las tres, El crak, o Los peces rojos. Sólo, al menos en mi opinión Forqué, Garcí, y Nieves Conde se han acercado al género sin miedo de resultar obvios o inclusivistas.
Nuestro género es la comedia, la parodia y el absurdo.
Hay una cosa, que como ocurre en el flamenco y, nosotros llamanos duende, ocurre en el género negro, que es por antonomasia un género que nuestro país no tolera; es algo así como escuchar cantar flamenco a una señorita belga.
En cambio tenemos un género negro, el género kinki de los ochenta, cuyo gran maestro fue el desaparecido Eloy de la Iglesia, que si supo retratar lo más profundo, con permiso de Saura (Deprisa, deprisa), de nuestro país, como fue la delincuencia. Pero por Dios, no nos metamos a retratar géneros que nunca tuvieron lugar en este país.
Salvé España películas como: " El malvado Carabel" ó , "Nadie lo sabrá"; al resto por mi parte, nadie los salva de matar a tiros limpios.En cambio tenemos un género negro, el género kinki de los ochenta, cuyo gran maestro fue el desaparecido Eloy de la Iglesia, que si supo retratar lo más profundo, con permiso de Saura (Deprisa, deprisa), de nuestro país, como fue la delincuencia. Pero por Dios, no nos metamos a retratar géneros que nunca tuvieron lugar en este país.
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