La diversidad de opiniones es una estrategia que conforta la personalidad.



miércoles, 27 de enero de 2010

Sesión de tarde.



La hora de la siesta siempre fue mi hora preferida para ir al cine. La costumbre creo que la cogí cuando siendo un niño-adolescente veía las películas de sesión de tarde en la 1, de esos tiempos recuerdo los buenos western, buena parte de los clásicos que hoy todavía me siguen gustando, los ciclos especiales tipo, Abott y Costello, los Marx, Louis de Funes, el cine español de los 50. En esas primeras sesiones de cine de tve, aprendí a amar el cine de la mano de un montón de buenas películas: ya fuesen de aventuras, de indios y vaqueros, de humor...
Por eso mi hora preferida de ir al cine ha sido, es, y será: la sesión de tarde; no la de las seis, sino la de las cuatro.
Es la hora más propicia para disfrutar de una buena película, sin pesados comiendo palomitas, dado que es la hora de hacer la digestión, más que de comer, y sin demasiada gente en la sala, pudiendo uno elegir su butaca. Casi se me olvidaba: y sin largas colas infernales y sin gente cuchicheando en mitad de la película; porque los buenos espectadores de sesión de tarde sienten gran pasión por el cine, y son de lo más respetuoso.

2 comentarios:

Juan Álvarez Calleja ECO y ADE dijo...

Yo una vez fui a las 4 a ver una película con un amigo, luego me fui a beber con él toda la tarde y después fuimos a ver la misma película a la sesión de la noche 10:30

Hathaway dijo...

Qué película era? (risas)